martes, 3 de noviembre de 2009

Y todo por un perro...

Todo empezó en un día nublado, cuando Manuel se disponía a salir para buscar un trabajo, se levantó, desayunó y se metió a bañar. Recorrió casi toda la ciudad y en ningún lugar lo aceptaban, ya estaba cansado, se estaba rindiendo, decidió sentarse en la banca de un parque.
- Que mala suerte tengo, no puede ser que no encuentre un buen empleo – dijo tristemente.
En eso, se acercó un perro, lo acarició y éste le movió la cola, Manuel dijo. –Pobre animalito, lo llevaré conmigo, seguro se ha perdido –
Al día siguiente Manuel salió a comprar el periódico, vio una solicitud para conducir un taxi, sin pensarlo tomó el teléfono y llamó para pedir informes.
- Buenos días señorita, ¿Puede darme informes sobre el empleo de chofer de taxi? Sabe usted, estoy muy interesado y me gustaría quedarme con el trabajo.
- Bien joven, debe usted venir con sus documentos personales a la dirección que le diré a continuación, además usted deberá realizar una prueba de manejo –
- No se preocupe soy muy buen conductor, estaré donde usted me indique –
Concertaron la cita y acudió muy entusiasmado, le hicieron la prueba y presentó toda la documentación, sin embargo le dijeron que lo llamarían en caso de ser aceptado. Regresó a su casa nuevamente abatido por el día que había pasado, al entrar, lo recibió con gran cariño el perro que había encontrado; así pasó una semana esperando la ansiada llamada hasta que un día recibe la llamada para comunicarle que el trabajo de taxista era de él.
Al día siguiente se levantó temprano para irse a trabajar y en sus adentros pensaba:
- ¡Seguro hoy será un gran día! , veremos cómo me va.
Pasadas unas horas de su primer pasajero subió una joven pidiendo la llevara a la veterinaria donde trabajaba, en el trayecto Manuel le preguntó su nombre a lo que ella le contestó:
-Me llamo Vanessa, mucho gusto, a propósito; ¿Podría usted pasar por mí todos los días a esta misma hora?, mi domicilio es ahí donde me recogió-
- Seguro que sí, sería un placer poder servirle- Así, cada día que pasaba Manuel y Vanessa se hacían más amigos. En cierta ocasión al llegar del trabajo Manuel notó que el perro no se acercó a el para saludarlo, lo veía triste y al parecer enfermo. Rápidamente le habló a su amiga Vanessa para que lo atendiera en la veterinaria donde trabajaba; en el instante Vanessa reconoció al perro, Sí ese era: “Ringo”, su perro que se había extraviado días atrás, al llamarlo por su nombre, rápido corrió y movió la cola alegremente , entonces miró a Manuel y se dio cuenta que éste sonreía, se dirigió a él diciendo:
-Gracias Manuel por devolverme a mi fiel y querido amigo, no sé como recompensarte, pídeme lo que quieras –
Manuel le dijo: -Lo único que quiero y deseo es que seas feliz y que me permitas tratarte no sólo como amigo, sino como tu novio. –
Después de 5 años de novios Manuel le pidió matrimonio y cuando les preguntaban cómo se habían conocido, ellos decían …. Fue … y todo por un perro…

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